Fragmentos de la entrevista al actor de teatro Alejandro García Valdés
Pinar del Río, 16 de enero de 2020.
Alejandro García Valdés (Pinar del Río. 1991). Graduado de Instructores de Arte. Fue miembro del grupo TECMA. Ha participado en el Festival Internacional de Teatro de La Habana, Festival de Nacional de Teatro de Camagüey, Festival de Danza en Espacios Urbanos: Habana Vieja Ciudad en Movimiento; Romerías de Mayo, Festival Nacional de Teatro de Calle y Festival de Teatro Joven. Fue presidente de la sección de Artes Escénicas de la Asociación Hermanos Saíz en Pinar del Río.

¿Cómo llegas al Teatro?
Doris Méndez fue mi profesora de Actuación y Dirección en la Escuela de Instructores de Arte. Siempre me interesó más lo artístico que lo pedagógico, así que me acerqué a su labor. Con ella hicimos pequeños trabajos en las calles, con el público. Incluso, en sus peñas, como invitados. Siempre como ejercicios de clase.
Luego de graduarme, surge la posibilidad de unirme a TECMA (Teatro Callejero Medioambiental). Allí estuve unos meses a prueba y entré al grupo de manera oficial con la obra «En busca de una antigua ilusión», que también nos permitió ingresar a la Asociación Hermanos Saíz y al Consejo de las Artes Escénicas.
¿Cuándo comienzas a ejercer como director?
En TECMA asumo roles como Director artístico de varias puestas. Más tarde ocupo la dirección general del grupo. De manera individual, trabajo con Rumbo, Polizonte Teatro y Utopía, en personajes pequeños, para afianzar conocimientos, acercarme a la actuación y, de alguna manera hacerme visible.
Como miembro de la Red de Educadores Populares que gestiona CEPRODESO y la Red de Educadores Populares que gestiona el Centro Martin Luther King, me invitan al 20 aniversario de CEPRODESO y delegan en mí la responsabilidad de hacer una noche de descarga con artistas de Cuba y Latinoamérica. Fue un espectáculo minimalista e íntimo, con música original del solista José Luis Izquierdo (Luisiño), otros instrumentistas, y textos míos.
Esto me impulsó a pensar un proyecto mío, algo genuino, que vaya más allá del arte de representar.

Háblame del proyecto
El proyecto incluye a Luisiño, a Boris Díaz en la guitarra y a Iriscelia Mantilla. Hemos creado música con algunos textos míos, de Luisiño y de algunos amigos latinoamericanos. Incursionamos en la instrumentación, flauta, percusión menor. Como proyecto aún no tiene nombre.
Tenemos pensado representar tres textos de Ulises Cala. Una especie de trilogía. Dos monólogos (Corazonada y Nostalgia en muñecos de yeso) con títeres para adultos y un cuaderno de poesía, que sería el segundo espectáculo.
Este cuaderno escrito en una de sus viajes a Francia, en un festival de Avignon, narra sus experiencias en un bar. Cuenta la Francia de los barrios pobres, incluso de las noches en Martinica, donde presenció sucesos horribles.
Queremos hacer los espectáculos con música en vivo; temas de Luisiño y Boris, unido a la actuación mía y de Iriscelia. En espacios pequeños, con poco público. Donde todo sea artesanal, desde el programa hasta los títeres.
¿Cuál ha sido el papel de la AHS en tu carrera como actor?
La Asociación juega un papel fundamental en aquellos jóvenes que saben aprovechar la plataforma que ofrece. A la hora de escoger, la AHS es un poco elitista y lo digo porque escoge a los jóvenes creadores con talento. Los apoya e impulsa. Ofrece Becas y premios.
En mi experiencia, la AHS ha sido fundamental. Yo crecí como miembro de las Artes Escénicas a través de la Asociación, con el apoyo de sus directivos y su aliento. Siendo Instructor de arte no podía trabajar como artista. Pero, después del 2do Congreso Nacional de la Asociación Hermanos Saíz, por una excepcionalidad que esta otorga, permitieron a los integrantes de TECMA profesionalizarnos e integrarnos al Consejo de las Artes Escénicas.
Como ves, el espacio para ejercer mi arte, lo obtuve de la AHS.
Actualmente me permite visualizarme en toda Cuba, en festivales que se gestionan a través de la Asociación (Teatro joven en Holguín, Romerías de mayo, Jóvenes al centro).
